Este domingo se vistió de gospel y blues en Barañáin. Los 60 participantes del III Taller de Jazz Coral, organizado por Coral Barañáin junto con el Conservatorio Superior de Música de Navarra y la Universidad Pública de Navarra, sacaron su alma sureña y se la regalaron a los centenares de personas que allí acudieron que, un año más, dejaron pequeña la sala.
Los alumnos del taller, de la mano de las profesoras Carole Simon y Sheila Cuffy, ofrecieron una muestra de su intenso trabajo en tres escasos días, con la particularidad de que este año, ninguno de los temas, salvo una pequeña excepción, se había trabajado con partituras. El resto de canciones: varios gospel del repertorio clásico, como Promised Land o Hallelujah y uno más moderno, Shake Yourself Loose, o el blues Born to be a jammer, que abrió el recital, se transmitieron únicamente con el apoyo del texto y la viva voz de las profesoras. O más bien habría que decir con todo, no sólo la voz, sino la actitud, los gestos, las indicaciones y las explicaciones de las profesoras que supieron transmitir la historia que hay detrás de las melodías con toda su fuerza e intensidad y que los alumnos compartieron con los allí presentes.
Tres días a razón de 8 horas diarias de trabajo resultan agotadores por la intensidad y cantidad de información que se recibe en tan poco tiempo, pero los resultados de aprendizaje son sorprendentes. El grado de comunión y la energía que destila un grupo que hasta horas antes ni se conocía llega a tal punto que cuando se presenta el concierto final, parece como si hubieran formado un coro durante años. Parece magia.
¿Será la gente? ¿Las profesoras? ¿Tal vez las canciones y su mensaje de lucha como en el caso de I’m gonna stand o la dulzura que pone los pelos de punta y emociona de Senzenina?
Si deseas descubrirlo por tí mismo, desde aquí te invitamos al próximo taller de jazz y si te apetece, déjanos tus datos aquí para enviarte información cuando llegue el momento.
Aún no sabemos quién vendrá o qué se trabajará. Lo que sí sabemos es que, como estos años anteriores, quienquiera que venga, tanto profesores como participantes dejarán un poso musical y una energía en el ambiente difícil de olvidar y tremendamente adictiva.